La vista es un sentido muy importante. Aproximadamente dos tercios de la información que recibimos la percibimos a través de los ojos. El médico oftalmólogo se ocupa de la salud ocular, tratando el ojo como un órgano de nuestro cuerpo, velando por su salud, integridad, previniendo patologías, recetando medicación o interviniendo quirúrgicamente cuando es necesario.
El optometrista se ocupa del ojo desde un punto de vista óptico, compensando el error refractivo en cada caso y también desde un punto de vista funcional, velando por la visión, que implica más habilitados que la propia vista.
Tener una buena visión quiere decir no ver borroso, pero también requiere ver nítido a todas las distancias, ser capaz de cambiar el enfoque de manera rápida, mantener la fijación en el objeto de interés de manera continua, poder seguirlo con los ojos, pasar la fijación de un objeto a otro de manera precisa y coordinar ambos ojos al mismo tiempo… Es decir, hay que tener una buena eficacia visual.
Un buen procesamiento visual permite que la información visual de nuestro entorno seamos capaces de coordinarla, ordenarla, compararla y procesarla en el cerebro, que es realmente donde conseguimos ver. Hay que tener también unas habilidades de análisis visual y de percepción visual correctas.
Además, la visión hace falta que se integre con otros sentidos, hablando de integración visomotora, integración viso verbal, integración viso auditiva…
|